Problemas de visión pueden impedir el desarrollo adecuado en la vista de los niños y generar un bajo rendimiento académico
El frecuente uso de pantallas en las clases virtuales causó un incremento en los casos de fatiga visual y miopía en niños. Sin embargo, estas no son las únicas enfermedades oculares que pueden padecer los pequeños. El estrabismo y la ambliopía también ocasionan problemas de visión y, por ende, un bajo rendimiento académico. Si esto no es tratado a tiempo, el sentido de la vista se verá afectado de por vida.
“El estrabismo es un defecto en la alineación de ojos; es decir, estos no ven en una misma dirección. Hay un ojo que mira a un punto determinado y el otro está desviado y puede mirar hacia adentro, afuera, arriba o abajo. Esto puede producir ambliopía ―una mala visión que, por lo general, aparece en el ojo desviado―, lo que quiere decir que un ojo alcanza una mejor visión porque se llega a desarrollar adecuadamente, mientras que el ojo desviado tendrá una visión que será deficiente, ya que no se está desarrollando correctamente”, señala el doctorRaúl Swayne, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión.
Cuando el ojo no tiene el eje visual adecuado, las imágenes observadas se sobreponen, lo cual ocasiona una doble visión. Por esto, el cerebro ordena al ojo desviado que suprima dicha visión (para evitar la visión doble), convirtiéndolo en un “ojo perezoso” o ambliope.
Frente a ello, es muy importante la evaluación por un especialista en oftalmología para determinar el tratamiento adecuado, que incluye ―entre otros― el uso de lentes de medida; ya que, de lo contrario, el paciente tendrá una visión borrosa durante toda su vida. Por otro lado, para el estrabismo, se debe hacer una evaluación oportuna y, de ser el caso, una intervención quirúrgica.
Con el fin de que los padres puedan detectar si su hijo posee algunos de estos males, el especialista de Oftálmica Clínica de la Visión brinda las siguientes recomendaciones.
- Acudir al oftalmólogo, al menos, una vez al año. En el caso de los niños y niñas, es recomendable que pasen por un primer examen antes de que cumplan tres años, para hacer un chequeo general. A los tres años y medio, se recomienda hacer un segundo examen; y, a los cinco años, un tercero. A partir de esta edad, lo ideal es tener una cita con el oftalmólogo cada seis meses; pero, si no es posible, al menos, una vez al año. Así, se podrá evaluar la visión de cada ojo.
- Evalúe si su hijo lee correctamente con cada ojo. Como es natural, los niños y niñas ven con ambos ojos al leer. Sin embargo, si algún ojo tiene un déficit, el otro ojo que ve mejor puede estar evitando que se note la mala visión. Por eso, es importante indicar a los padres que hagan un pequeño examen de visión. Lo pueden realizar cubriendo el ojo izquierdo, para que el pequeño vea un objeto solamente con el ojo derecho; luego, se debe cubrir el ojo derecho, para ver por el ojo izquierdo. Con esto, se podrá dar cuenta si los ojos del niño están viendo correctamente o si hay un ojo que está viendo menos que el otro, lo cual podría indicarnos un signo de ambliopía.
- Preste atención a la desviación de sus ojos. El estrabismo se caracteriza por la desviación de uno de los ojos. En el caso del estrabismo endotrópico, un ojo desvía mirando hacia la nariz, lo cual es evidente al presentar “ojos bizcos”. Por otro lado, en el estrabismo exotrópico, la desviación del ojo es hacia afuera. En este último caso, a veces, la desviación no es perceptible, ya que puede ser intermitente, es decir, el ojo se desvía por solo por momentos (no es constante).
- Verifique si presenta dificultades en la visión tridimensional. En el caso de que vaya con su hijo o hija a ver una película en 3D, pero a este le resulte complicado, puede existir la sospecha de ambliopía. Esto se debe a que la tridimensión se da con la correcta visión de ambos ojos; no, con uno solo.
- Observe qué posiciones adopta el niño/a cuando quiere leer. Cuando los niños leen con dificultad, suelen mover sus cabezas hacia un lado u otro. Además, es típico que entrecierren sus ojos. Esto también puede demandarles un gran esfuerzo visual, por lo cual no sería extraño que presenten dolores de cabeza después de clases.